Productos y olores que ponen enfermo: síndrome de sensibilidad química múltiple

12 Jun 2018 | Salud

Hay personas que las sustancias químicas sintéticas les ponen enfermas. No las tóxicas, sino cualquier sustancia a nivel muy por debajo del considerado seguro. Sufren tanto que llegan a tener que aislarse del plástico, de los colorantes, de las fibras sintéticas, de los productos de limpieza…

La hipersensibilidad bioquímica o sensibilidad química múltiple -SQM- (intolerancia química multiple) es también conocida como pérdida de tolerancia inducida por tóxicos y enfermedad medio ambiental. Se calcula que entre un 5-15%de la población española está afectada de esta patología, progresión nada desdeñable.

Los síntomas de las SQM pueden ser desde leves hasta graves y discapacitantes. Los más comunes son: fatiga, afectación cognitiva (problemas de memoria, falta de concentración, etc.), dolor muscular y problemas gastrointestinales. Otros síntomas incluyen: problemas respiratorios, dermatológicos, cefaleas, sensibilidad visual y auditiva y muchos otros. Aparte de estos síntomas invalidantes, las personas con SQM tienen un alto riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes de la tiroides y otras como el lupus, la artritis reumatoide o la esclerosis múltiple.

Se trata de un enfermedad polifactorial,  multisistémica y joven puesto que se conoce desde hace menos de 40 años. De hecho hasta hace 3, 4 años la podíamos considerar como una enfermedad huérfana.

Agentes desencadenantes

Los agentes desencadenantes de la sensibilidad química múltiple son muchos, sobretodo los que tienen “olor” (fragancias): Colonias, productos de limpieza, de aseo personal, cosmética, detergentes, suavizantes, papel impreso, agua del grifo, humo de tabaco, derivados del petróleo, telas sintéticas, material de construcción, pinturas, ambientadores, lugares no ventilados, rotuladores, óleos, disolventes, plaguicidas, elementos recién comprados ( muebles, coches…), moho, antipolillas, polvo, moquetas, sprays, insecticidas…

La limpieza ecosostenible ya existe

Ya hemos hablado en anteriores ocasiones acerca del efecto contaminante que tienen los productos de limpieza que utilizamos en nuestros hogares. Pero ya es posible limpiar todos los rincones de tu hogar de una forma natural para que afecten a las personas que cuentan con la enfermedad de la Intolerancia Química Múltiple.

Es decir, realizar limpiezas sin productos químicos que respeten el medio ambiente y de forma que además puedas ahorrar tanto en la factura del agua como en la cesta de la ropa. Esta limpieza ecosostenible ya existe. Simplemente utilizando el agua de tu EcoFrof con el Kit Multiusos. Además de para el lavado de ropa, podrás utilizar el agua con oxígeno activo para una infinidad de tareas de limpieza doméstica eliminando más del 99% de los gérmenes y bacterias sin efectos nocivos para la salud en alfombras, suelos, ventanas, lavabos, zonas de juego, joyas, coches, juguetes, interior de la nevera, fregaderos, encimeras, fogones, azulejos, juntas, mamparas…

Se trata de una solución muy efectiva para estas personas que sufren día a día este problema y que ven limitada considerablemente su vidas.

Tratamiento

Existe más que un tratamiento para curar, diversas acciones para mejorar. El consenso médico establece que lo más efectivo para bajar la carga tóxica corporal del afectado es evitar su reexposición a los agentes desencadenantes, aún a dosis mínimas.

Hay cuatro métodos para evitar el riesgo:

  • Control ambiental: Eliminando tanto del aire  (con purificadores específicos)-como del entorno (sustituyendo lo convencional por ecológico sin olor, o que se tolere). También se puede aislar en zonas herméticas.
  • Protegiéndose de él  con varias acciones: poniéndose una mascarilla de carbón activo cuando sea necesario o sellando puertas y ventanas con cinta de aluminio o carrocera.
  • Alejándose del riesgo evitando personas con fragancias, fumadoras o que beban alcohol. Alejarse de  ambientes cerrados  como especialmente perfumerías y lugares sin ventilación, con ambientador, higienizados recientemente con productos de limpieza agresivos o recién fumigados como tiendas, bares, piscinas cubiertas, baños públicos, cines, taxis, hospitales.

Productos y olores que ponen enfermo: síndrome de sensibilidad química múltiple

3 Ene 2017 | BLOG, Salud

Hay personas que las sustancias químicas sintéticas les ponen enfermas. No las tóxicas, sino cualquier sustancia a nivel muy por debajo del considerado seguro. Sufren tanto que llegan a tener que aislarse del plástico, de los colorantes, de las fibras sintéticas, de los productos de limpieza…

La hipersensibilidad bioquímica o sensibilidad química múltiple -SQM- (intolerancia química multiple) es también conocida como pérdida de tolerancia inducida por tóxicos y enfermedad medio ambiental. Se calcula que entre un 5-15%de la población española está afectada de esta patología, progresión nada desdeñable.

Los síntomas de las SQM pueden ser desde leves hasta graves y discapacitantes. Los más comunes son: fatiga, afectación cognitiva (problemas de memoria, falta de concentración, etc.), dolor muscular y problemas gastrointestinales. Otros síntomas incluyen: problemas respiratorios, dermatológicos, cefaleas, sensibilidad visual y auditiva y muchos otros. Aparte de estos síntomas invalidantes, las personas con SQM tienen un alto riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes de la tiroides y otras como el lupus, la artritis reumatoide o la esclerosis múltiple.

Se trata de un enfermedad polifactorial,  multisistémica y joven puesto que se conoce desde hace menos de 40 años. De hecho hasta hace 3, 4 años la podíamos considerar como una enfermedad huérfana.

Agentes desencadenantes

Los agentes desencadenantes de la sensibilidad química múltiple son muchos, sobretodo los que tienen “olor” (fragancias): Colonias, productos de limpieza, de aseo personal, cosmética, detergentes, suavizantes, papel impreso, agua del grifo, humo de tabaco, derivados del petróleo, telas sintéticas, material de construcción, pinturas, ambientadores, lugares no ventilados, rotuladores, óleos, disolventes, plaguicidas, elementos recién comprados ( muebles, coches…), moho, antipolillas, polvo, moquetas, sprays, insecticidas…

La limpieza ecosostenible ya existe

Ya hemos hablado en anteriores ocasiones acerca del efecto contaminante que tienen los productos de limpieza que utilizamos en nuestros hogares. Pero ya es posible limpiar todos los rincones de tu hogar de una forma natural para que afecten a las personas que cuentan con la enfermedad de la Intolerancia Química Múltiple.

Es decir, realizar limpiezas sin productos químicos que respeten el medio ambiente y de forma que además puedas ahorrar tanto en la factura del agua como en la cesta de la ropa. Esta limpieza ecosostenible ya existe. Simplemente utilizando el agua de tu EcoFrof con el Kit Multiusos. Además de para el lavado de ropa, podrás utilizar el agua con oxígeno activo para una infinidad de tareas de limpieza doméstica eliminando más del 99% de los gérmenes y bacterias sin efectos nocivos para la salud en alfombras, suelos, ventanas, lavabos, zonas de juego, joyas, coches, juguetes, interior de la nevera, fregaderos, encimeras, fogones, azulejos, juntas, mamparas…

Se trata de una solución muy efectiva para estas personas que sufren día a día este problema y que ven limitada considerablemente su vidas.

Tratamiento

Existe más que un tratamiento para curar, diversas acciones para mejorar. El consenso médico establece que lo más efectivo para bajar la carga tóxica corporal del afectado es evitar su reexposición a los agentes desencadenantes, aún a dosis mínimas.

Hay cuatro métodos para evitar el riesgo:

  • Control ambiental: Eliminando tanto del aire  (con purificadores específicos)-como del entorno (sustituyendo lo convencional por ecológico sin olor, o que se tolere). También se puede aislar en zonas herméticas.
  • Protegiéndose de él  con varias acciones: poniéndose una mascarilla de carbón activo cuando sea necesario o sellando puertas y ventanas con cinta de aluminio o carrocera.
  • Alejándose del riesgo evitando personas con fragancias, fumadoras o que beban alcohol. Alejarse de  ambientes cerrados  como especialmente perfumerías y lugares sin ventilación, con ambientador, higienizados recientemente con productos de limpieza agresivos o recién fumigados como tiendas, bares, piscinas cubiertas, baños públicos, cines, taxis, hospitales.